Lo que hace dudoso que esta caída sea realmente de esta manera es porque Ticketmaster tiene un servicio secundario. Es como una reventa para todas aquellas personas que finalmente no pueden acudir al evento, puedan vender su entrada y encima ganarse un dinero, puesto a que las entradas se venden a un precio bastante elevado respecto al inicial de www.ticketmaster.es.
Las malas leguas lo que realmente dicen es que compra Ticketmaster las entradas para pagárselas al promotor del evento y posteriormente, éste, las pone a la venta en Seatwave a precios con más de 50€ de diferencia respecto a las iniciales.
¿Es ético? ¿Es legal? Pero sobre todo... ¿Es real? De momento, FACUA (Consumidores) se ha puesto manos a la obra para investigarlo. Ya veremos cómo acaba todo esto.